lunes, 16 de enero de 2012

adelante, asiento.
gracias
agua?
gracias.
que hermosa blusa blanca y bonitos pantalones negros, muy elegantes sin duda.
gracias

(él pone música suave, baja la intensidad de las luces, cierra las cortinas, saca un vino empolvado de la despensa, se quita la camisa lentamente al ritmo de la música, ella solo traga saliva, sus pulsaciones aumentan considerablemente y sus manos sudan, él ya con la camisa en medio del pasillo, la gira suave pero con firmeza, le quita su blusa y comienza lentamente a besarle la espalda partiendo desde la zona lumbar, subiendo lentamente a la dorsal y terminando en la cervical, ella se eriza por completo, vigorosamente la da vuelta y le besa el cuello dando pequeñas pinceladas con su delgada lengua, su cuerpo se mueve ligeramente encima de ella, él se pone de pie, y la invita a bailar en la blanca alfombra, ella accede y comienzan a dar pequeños y descalzos pasos en círculos, mientras él baila sensualmente le quita lo único que afirma sus esperanzas y suelta un sin fin de feromonas, al ritmo de la segunda canción él la toma de la cintura y la conduce a la silenciosa habitación donde los espera una confortable cama cubierta con un acolchado y enrojecido plumón y dos almohadas blancas, ella cae suavemente sobre las almohadas y él comienza a quitar a tirones los elegantes pantalones negros mientras toma el aroma de su extremadamente suave estomago...

sin duda a ella le encanta
y él no puede negar que es lo que espera eternamente al llegar el fin de la semana.

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